
En este aspecto vimos en los últimos
días cometer algunas insensatas acciones con el objetivo de atraer a un sector,
mas diría embaucar, con el objetivo de llegar bien posicionados de cara a las
elecciones que se celebraran el próximo 12 de agosto.
Si nos detenemos a analizar
cada acción, nos damos cuenta que, el poder contar con las herramientas del
estado para hacer política, es algo que no pasa de moda.
Tiempo atrás, en uno de los
matutinos santiagueños, se denunciaba que la oposición usaba herramientas del
estado para hacer política, algo que no era exacto, pero lo paradójico de esa
denuncia, era que por primera vez en la historia santiagueña, o quizás segunda,
se denunciaba algo que es moneda corriente dentro del oficialismo provincial.
Esa artimaña que se emplea a
nivel provincial de la mano del caudillismo mayor, es algo que se replica en
las municipalidad y comisiones municipales, que por más pobres que sean, en épocas
de elecciones brillan con todo esplendor las 4x4, manejadas por hombres y
mujeres surgidos del pueblo, muchos que eran pobres y de pronto se hicieron
ricos.
A un mes y medio de las
elecciones en Las Termas de Río Hondo, la situación es igual, las secuencias
las mismas, el manejo de los recursos del estado para la campaña electoral se
magnifica. Mientras que en cada acto se repite la frase “en estos tiempos difíciles”,
los candidatos (no todos) demuestran una realidad absolutamente contraria a lo
que parafrasean hasta el hartazgo.
Con cada poder repartido, los
dos referentes que prometen polarizar la elección, reparten aclamadas criticas
al opositor, pero en el fondo, se parecen y mucho.
Mientras unos emplean el
poder legislativo para hacer campaña y no trabajan, pero cobran igual, el otro
sector planta árboles en pleno invierno.
Las carencias ciudadanas no
son agenda de ninguno de los dos, total que importa, si en cada acto dirán lo
quieran mientras que los punteros ya arreglaron para arrastrar a la gente a cambio de choripan, gaseosas,
vinos, y sustancias prohibidas, como se vio en un video que circuló por toda la
ciudad.
La agenda ciudadana está a un
costado, los problemas que se sufren a diario no se solucionan, y las promesas
de adecuación de la Carta Orgánica
se las llevó el viento.
Me pregunto ¿Votaremos lo
mismo? ¿Somos concientes que lo que tenemos es lo que hemos elegido?
¿Procuramos cometer el mismo error? ¿Vamos a cambiar algún día? Son preguntas
que quizás muchos se la formulan, pero que aún es una incertidumbre su
respuesta.
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